JEHOVA ES EL NOMBRE DE DIOS
gustavomiranda  
 
  ESPERARE 05/14/2024 10:13am (UTC)
   
 
¡Esperaré!
Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá. Miqueas 7:7
Melisa despierta sobresaltada, con la frente húmeda y los labios secos. Intenta murmurar algo, pero
solo consigue llorar. El dolor de la pérdida es abrumador; siente que el mundo cayó encima de ella.
Acaba de salir del hospital, después de recuperarse de un terrible accidente, en el que fallecieron sus
padres. Ella quedó con marcas horribles en su cuerpo, y se encuentra completamente desorientada.
Hija única, de 22 años. No sabe cómo enfrentar la nueva fase de su vida. Se siente sola, abandonada, y
mira al futuro con miedo.
“En mi corazón ya no hay alegría”, piensa en silencio. Y una lágrima rebelde resbala por los surcos de
sus cicatrices. Melisa, ¡no pierdas la esperanza! La vida sin esperanza no tiene sentido. Es necesario
tener esperanza. La noche pasará, y vendrá un día lleno de sol. Aún es posible realizar el sueño que la
tragedia despedazó. El dolor pasará, y tu corazón volverá a cantar como cantan las aves celebrando la
llegada de un nuevo día. Espera en Jesús, y confía en él aunque los vientos contrarios intenten arrebatar
tu fe.
Al fin de cuentas, tú no estás sola en este mundo. Tú, como el profeta Miqueas, en medio de la
adversidad tienes un Dios a quien mirar y en quien confiar.
El año se fue. Abre las cortinas de tu corazón; deja entrar al sol de un nuevo día. Confía en las
promesas maravillosas de Dios. Él jamás te prometió que, en este mundo de dolor, la tristeza pasaría de
largo. Las lágrimas son una realidad innegable de este mundo de pecado. Pero, nada está perdido para
quienes confían en Jesús.
Espera en Dios. La esperanza cristiana no es el simple deseo de que las cosas mejoren, sino la
certidumbre de que el sol volverá a brillar, aunque en este momento solo veas nubes que anuncian
tormenta. La vida pudo haberte quitado muchas cosas; puedes tener motivos suficientes para creer que
el año que pasó fue el más terrible. Pero se fue. Ya es historia. Tú no vives de la historia. Proyéctate
hacia el futuro con fe. Comienza un nuevo año, repitiéndote a ti misma la oración de Miqueas: “Mas yo
a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá”.
Que Dios te bendiga,
 
  NAVEGACION
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
  Miami Time
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