JEHOVA ES EL NOMBRE DE DIOS
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  EL DIA DEL JUICIO 04/29/2024 1:40am (UTC)
   
 
El Día Del Juicio
(The Day of Judgment)
PUBLICACIONES EL ALBA — DAWN
El Día Del Juicio
INDICE
El Día Del Juicio Actual ...............................................4
En La Resurrección.......................................................7
Los Que Hicieron Lo Malo ...........................................8
Los Muertos Oirán ......................................................11
“Por Su Verdad” .........................................................12
“Y Los Libros Fueron Abiertos”.................................15
“Según Sus Obras”......................................................17
El Lago De Fuego .......................................................18
Las Ovejas Y Las Cabras ............................................20
ASOCIACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE LA BIBLIA EL ALBA
199 RAILROAD AVENUE
EAST RUTHERFORD, NEW JERSEY 07073
El Día Del Juicio
“Alégrense los cielos, y gócese la tierra. . . Regocíjese el campo, y
todo lo que en él está; entonces todos los árboles del bosque
rebosarán de contento, delante de Jehová que vino; porque vino a
juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con
su verdad.” ¾Salmo 96:11-13
La enseñanza de la Biblia respecto a un futuro día
de juicio para toda la humanidad es tanto
tranquilizadora como inspiradora de esperanza. Es
consecuente con la invitación citada en nuestro texto de
que todos se regocijan porque el Señor viene para
juzgar “al mundo con justicia, y a los pueblos con su
verdad.” El Apóstol Pablo confirmó la venida de este
día mientras discursaba en el Areópago. Les dijo a los
reunidos en aquel lugar que Dios había establecido un
día en el cual “juzgará al mundo con justicia” mediante
Jesucristo, y que había dado “fe a todos con haberle
levantado de los muertos.” ¾Hechos 17:31
El futuro día de juicio que el Señor ha
proporcionado en su plan de salvación es más que un
tiempo cuando las recompensas serán dadas a los justos
y los castigos repartidos a los malos. Será también un
período de prueba, durante el cual la gente tendrá la
oportunidad, sobre la base de un pleno conocimiento de
las cuestiones implicadas, de elegir entre la obediencia
al Señor y la desobediencia, entre la justicia y la
injusticia.
Esto significa que el día del Juicio no es un día
común de veinticuatro horas, sino, como enseña la
Biblia, una edad entera de mil años. De hecho, son los
El Día del Juicio 4
mismos mil años durante los cuales Cristo reinará sobre
la tierra, ya que será tanto Juez como Rey. Los
seguidores fieles de Jesús durante esta edad serán reyes
asociados con él durante aquellos mil años, y también
participarán con él en la obra de juzgar al mundo.
¾Apoc. 20:4; 1 Cor. 6:2
Estas enseñanzas hermosas y armoniosas de la
Biblia son ocultadas por el concepto erróneo de que el
destino eterno de cada individuo es irrevocablemente
decidido por Dios cuando mueren. No hay ningún
apoyo bíblico para este pensamiento (salvo en cuanto a
aquellos que aceptan a Cristo, y que consagran sus
vidas al servicio divino en esta Edad Evangélica).
Al contrario, Jesús definitivamente declaró que
aquellos que no aceptan sus enseñanzas no son
juzgados ahora, sino más tarde. “Al que oye mis
palabras, y no las guarda, yo no le juzgo . . . la palabra
que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.” (Juan
12:47,48) Cuán maravillosamente armoniza esto con la
promesa en nuestro texto de que en aquel futuro día del
Juicio feliz, las personas serán juzgadas por la
“verdad,” pues las palabras de Jesús son seguramente
verdaderas.
El Día Del Juicio Actual
La declaración de Jesús de que aquellos que no
creen sus palabras ahora no son juzgados implica que
los que sí creen y se hacen sus seguidores entran en el
juicio actualmente. Esto es verdad sin duda. Pero, para
apreciar sus implicaciones más plenamente es necesario
comprender que la palabra “juicio”, como se usa
El Día del Juicio 5
bíblicamente a este respecto, denota más que
simplemente rendir una sentencia; incluye también una
prueba que lleva a una sentencia.
Por eso, en la Biblia se dice que un cristiano está
bajo prueba ahora. Pedro habla de la “prueba de vuestra
fe” y dice que es “más preciosa que el oro que perece.”
(1 Ped. 1:7) También escribió, “Amados, no os
sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido,
como si alguna cosa extraña os aconteciese.” (1 Ped.
4:12) Claramente, la prueba del cristiano es severa.
Pero, la recompensa es proporcionalmente grande. “Sé
fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.”
¾Apoc. 2:10
Después de mencionar el “fuego de prueba” o de
juicio del cristiano, Pedro sigue: “Es tiempo de que el
juicio comience por la casa de Dios; y si primero
comienza por nosotros, ¿cuál será el fin de aquellos que
no obedecen al evangelio de Dios?” (1 Ped. 4:17,18)
Este texto claramente establece que la edad presente es
un tiempo de juicio para los creyentes, “la casa de
Dios.”
Sin embargo, esto es sólo el principio de la obra
del juicio del Señor. Pedro pregunta, ¿En dónde
aparecerá el impío y el pecador?” En este texto el
apóstol no contesta su propia pregunta, y como
resultado, algunos concluyen que no hay ninguna futura
prueba para los incrédulos, y que ellos aparecerán en un
lugar de tormento eterno.
El Día del Juicio 6
No obstante, Jesús contestó la pregunta de una
manera distinta. Como fue citado arriba, él dijo que los
que oyen, pero no creen, son pasados por alto por el
momento, y serán juzgados por su “palabra” en “el día
postrero.” (Juan 12:47,48) En este maravilloso
aseguramiento el Maestro lo pone de manifiesto que el
juicio de los incrédulos no ocurre en esta vida, y que
ninguna decisión se toma ahora en cuanto a su destino
eterno y no se tomará hasta “el día postrero.”
La expresión “el día postrero” tampoco se refiere
al último día de la vida actual de un individuo. La
misma expresión fue usada por Marta cuando dijo
respecto a su hermano Lázaro, “Yo sé que resucitará en
la resurrección, en el día postrero.” (Juan 11:24) Note
que “el día postrero” acontece al tiempo de la
resurrección. Es el día de mil años del reinado de Cristo,
y del juicio ¾ del gran día postrero, o del período, en el
plan divino para la redención y la recuperación de la
raza humana del pecado y de la muerte.
De los textos ya citados es aparente que sólo los
seguidores consagrados del Maestro están bajo prueba
ahora para la vida. No hay ningún segundo período de
prueba para éstos, y si dejamos de notar que las
escrituras que establecen este hecho se aplican sólo a
los cristianos, podríamos suponer fácilmente que no hay
ningún período de prueba para nadie más en la vida
actual.
Pero, nadie puede estar bajo prueba para la vida
mientras todavía está bajo condenación. Y ésta es la
posición de todos aquellos que no han aceptado a Cristo
El Día del Juicio 7
como su Salvador y no se han consagrado para hacer la
voluntad de Dios. Los creyentes, por otra parte, salen de
la condenación que llegó al hombre por causa del padre
Adán mediante la fe. En su nueva posición ante el
Señor ellos tienen la “justificación de vida,” en la cual
no hay “ninguna condenación.” ¾Rom. 5:18; 8:1
El significado de todo esto concerniente al futuro
día de juicio es revelado por Jesús cuando dijo, “El que
oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida
eterna; y no vendrá a condenación [en griego, krisis,
que significa juicio], mas ha pasado de muerte a vida.”
(Juan 5:24) Esto nos dice claramente que los creyentes,
mediante la fe, pasan ahora de muerte a vida y no
vendrán a juicio en el futuro; su día de prueba o de
juicio es ahora.
Esta es una gran verdad que debe considerarse si
entendiéramos el propósito del futuro día de juicio del
mundo, y sus resultados. Por ejemplo, excluye el punto
de vista de que es un tiempo en el que los pecadores
serán separados de los santos, la separación siendo
basada en las decisiones tomadas anteriormente a
medida que murió cada uno; ya que Jesús enfatiza que
los “santos”, sus seguidores verdaderos, no aparecerán
de ningún modo en aquel futuro juicio.
En La Resurrección
Como ya fue citado, Jesús dijo que aquellos que
creen pasan de muerte a vida. Por supuesto, esto se basa
en la fe. Desde el punto de vista de Dios ya no están
bajo la condenación. Jesús hace referencia a ellos en
Juan 5:29, cuando dice que los que hicieron lo bueno
El Día del Juicio 8
“saldrán . . . a resurrección de vida.” Su tiempo de
juicio ha pasado, y en la resurrección son
recompensados “con gloria y honra e inmortalidad” las
cuales diligentemente persiguieron “por la
perseverancia en hacer el bien.” ¾Rom. 2:7, La Biblia
de las Américas
Los Que Hicieron Lo Malo
Jesús nos asegura que la resurrección no es sólo
para aquellos que “hicieron lo bueno,” ya que dice que
todos aquellos que están en las tumbas oirán su voz y
saldrán. (Juan 5:28) Sin embargo, como declara el
siguiente versículo, sólo aquellos que hicieron lo bueno
saldrán “a resurrección de vida,” pero los que “hicieron
lo malo” salen “a resurrección de juicio,” como vierte el
versículo La Biblia de las Américas. La palabra griega
usada por Jesús es krisis, y la versión Reina-Valera la
traduce mal como “condenación”.
La palabra krisis en el idioma griego significa lo
mismo que nuestra palabra castellana “crisis”. Denota
un tiempo de prueba o experiencia crucial. Esta prueba
crucial para los cristianos tiene lugar en la vida actual, y
si la pasan con éxito saldrán a vida en la resurrección.
Pero todos los demás saldrán “a resurrección de juicio,”
es decir, a su día de juicio o de prueba. Para ellos, la
gran crisis en la cual se decide su destino eterno
ocurrirá después de que sean despertados del sueño de
la muerte.
El futuro período de prueba de mil años para el
mundo será de cierto modo el segundo juicio para la
raza humana, el primero habiendo sido realizado en el
El Día del Juicio 9
Jardín de Edén. Fue el día de juicio para nuestros
primeros padres, y las consecuencias fueron
experimentadas por toda la humanidad. En aquella
prueba, o crisis, Adán desobedeció la ley divina y fue
condenado a la muerte. Por herencia, sus hijos
participaron en su condena. Como escribió el Apóstol
Pablo, “por la transgresión de uno vino la condenación
a todos los hombres.” ¾Rom. 5:18
Dios informó a Adán acerca de Su voluntad, Su
ley. “Del árbol de la ciencia del bien y del mal no
comerás,” dijo el Señor. (Gen 2:17) Esta fue una ley
sencilla. No había nada complejo en ella, o difícil de
entender. La condenación de Adán fue el resultado de
su decisión de tomar un curso contrario a la verdad
revelada a él. Su desobediencia no sólo le trajo la
muerte, sino también le causó una pérdida de
entendimiento. Una oscuridad respecto a Dios y a su
voluntad fue el resultado inevitable de su “caída”, y la
prole de Adán también ha recibido de él esta herencia
de “oscuridad”. Isaías describe esta condición general
del mundo, diciendo, “He aquí que tinieblas cubrirán la
tierra, y oscuridad las naciones.” ¾Isa. 60:2
Pero Dios no dejó de amar su creación humana.
En efecto, él “de tal manera amó al mundo” que envió a
su Hijo amado para redimir a Adán y a su raza de la
muerte. Él también hizo provisión mediante Cristo para
la iluminación del mundo. De este modo, después de
que Isaías describió la “densa oscuridad” del pueblo,
añadió, “Mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será
vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los
reyes al resplandor de tu nacimiento.”¾Isa. 60:2,3
El Día del Juicio 10
De acuerdo con esto, Jesús anunció, “Yo soy la
luz del mundo”. (Juan 8:12) También se nos informa
que él es aquella Luz verdadera que “al venir al mundo,
alumbra a todo hombre.” (Juan 1:9, La Biblia de las
Américas) La verdad es que “todo hombre” no ha sido
iluminado aún por el Evangelio como brilla en el rostro
de Jesucristo. Por lo que a la gran mayoría de la
humanidad se refiere, es todavía verdad como declaró
Juan, “La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la
comprendieron.” ¾Juan 1:5
Seguramente aquellos que no comprenden la luz
no pueden aceptarla ni alegrarse en ella. Esta es la razón
por la que Jesús dijo, “Al que oye mis palabras, y no las
guarda, yo no le juzgo.” (Juan 12:47) A sus discípulos
Jesús dijo, “Bienaventurados vuestros ojos, porque ven;
y vuestros oídos, porque oyen.” (Mat. 13:16) Cuando
Jesús explicó que no juzgaba ahora a aquellos que oyen
sus palabras pero no las creen, dio como razón una
profecía que citó y se aplicó a sí mismo y a su obra:
“Cegó los ojos de ellos, y endureció su corazón; para
que no vean con los ojos, y entiendan con el corazón, y
se conviertan, y yo los sane.” ¾Juan 12:40
El Apóstol Juan dijo, “No envió Dios a su Hijo al
mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo
sea salvo por él.” (Juan 3:17) El creer en Cristo, aquella
Luz verdadera, es la única condición sobre la cual
alguien puede liberarse de esta condenación. Pero,
desde entonces, aun ahora, la gente en conjunto no
comprende la Luz, y la necesidad de un futuro día de
iluminación y de juicio es aparente.
El Día del Juicio 11
Los Muertos Oirán
Ya hemos citado las palabras del Maestro que nos
aseguran de que aquellos que ahora oyen y creen sus
palabras reciben la vida ¾ por la fe ahora, y realmente
en la resurrección ¾ y que éstos no entrarán en el
futuro juicio con el mundo. (Juan 5:24) Pero el
versículo 28 amplía la esperanza enormemente. Jesús
allí afirma que “todos los que están en los sepulcros
oirán su voz y saldrán.” Aquellos que han creído y se
han demostrado fieles antes de la muerte entonces
entrarán de inmediato en la vida eterna. Para todos los
demás, se les dará entonces una oportunidad completa
de creer, y aquellos que creen vivirán.
Que habrá una oportunidad para oír la verdad, y
creerla después de la muerte, pueda ser un nuevo
pensamiento para algunos. Pero este es un concepto
bíblico. En ninguna parte de la Biblia dice que la
oportunidad de recibir vida mediante Cristo se limita al
presente. Cada cristiano cree que Dios es
misericordioso, y paciente con los pecadores. Pero, por
alguna razón se ha adoptado el concepto erróneo de que
la misericordia divina sólo se ofrece hasta que muera
una persona, y que Dios no puede ser misericordioso
hacia un individuo después de su último aliento de vida.
No hay ningún apoyo bíblico para este punto de
vista restringido. Desde el punto de vista divino todo el
mundo incrédulo está muerto en el pecado, y durante
cuatro mil años antes del primer advenimiento de Jesús,
Dios permitió que el mundo condenado se durmiera en
la muerte sin hacer algo para iluminarlo y salvarlo. Al
enviar a Jesús para ser el Redentor y el Salvador se
El Día del Juicio 12
demostró que Dios amó a sus criaturas humanas. Pero a
fin de recibir vida por él, deben creer; sin embargo,
aquellos millones de personas que murieron antes que
viniera Cristo seguramente no tuvieron la oportunidad
de creer en él.
Innumerables millones de personas han muerto
desde entonces, que no han tenido la oportunidad de
creer, porque nunca oyeron del único nombre bajo el
cielo, o dado entre los hombres, por lo cual deben ser
salvos. (Hechos 4:12) Además, según el propio
testimonio de Jesús, muchos que oyen sus enseñanzas
no entienden las cuestiones implicadas. A favor de éstos,
demos gracias a Dios por la seguridad que nos da Jesús
de que no los ha juzgado, y que serán juzgados por su
“palabra” en un tiempo posterior.
“Por Su Verdad”
La declaración de Jesús de que sus palabras
efectuarían el juicio final de los incrédulos está en
armonía con el texto que declara que en aquel tiempo
feliz el Señor juzgará a los pueblos “con su verdad.”
(Sal. 96:13) Este es un pensamiento hermoso. Esto
significa que toda la humanidad será iluminada con la
verdad acerca de Dios, y sobre la base de esta
iluminación se les dará una oportunidad de obedecer y
vivir.
Este hecho glorioso, tan claramente enseñado en
las Escrituras, aclara muchos textos y promesas de la
Biblia que son por otra parte contradictorios. Por
ejemplo, Juan 1:9, que dice que Jesús es “aquella luz
verdadera que, al venir al mundo, alumbra a todo
El Día del Juicio 13
hombre.” ¡Seguramente que esto no fue verdad para
aquellos que murieron antes que viniera Cristo!
Tampoco ha sido verdad para las innumerables millones
de de personas desde entonces. Pero, este texto tiene
sentido de verdad debido a la seguridad bendita de que
habrá un futuro día de iluminación.
En una maravillosa profecía acerca de aquel día, el
período de mil años del reinado de Cristo, se hace la
promesa que “la tierra será llena del conocimiento de
Jehová, como las aguas cubren el mar.” ¾Isaías 11:9
Sofonías, en una profecía reveladora que está
siendo cumplida ahora en la desintegración de un orden
social descrito por el Apóstol Pablo como “el presente
siglo malo,” nos dice que después de este período de
angustia, el Señor “devolverá a los pueblos pureza de
labios, para que todos invoquen el nombre de Jehová,
para que le sirvan de común consentimiento.” ¾Sof.
3:8,9
El Profeta Jeremías nos habla de un futuro tiempo
cuando el Señor hará un “nuevo pacto con la casa de
Israel y con la casa de Judá,” explicando que en aquel
tiempo la ley divina será escrita en los corazones de la
gente. El conocimiento del Señor será tan universal en
aquel entonces que todos le conocerán, “desde el más
pequeño de ellos hasta el más grande.” ¾Jer. 31:31-34
El Apóstol Pablo dice, “Dios . . . quiere que todos
los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador
entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se
El Día del Juicio 14
dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio
testimonio a su debido tiempo.” ¾1 Tim. 2:3-6
A primera vista la secuencia dada aquí parece
estar en desacuerdo con las otras escrituras que insisten
que uno debe tener un conocimiento de la verdad
primero, y después, sobre la base de este conocimiento,
creer y ser salvo; ya que aquí el apóstol habla de “ser
salvo” primero, y luego recibir un conocimiento de la
verdad.
Sin embargo, en este caso Pablo no usa la palabra
“salvo” para describir la salvación eterna que resulta de
creer y obedecer el Evangelio. Mejor dicho, nos dice
que ésta es la voluntad de Dios de que todos aquellos
que han muerto en ignorancia del único nombre bajo el
cielo, o dado a los hombres por el cual debemos ser
salvos, serán despertados de la muerte para tener una
oportunidad de llegar a un conocimiento de la verdad.
En otras palabras, Pablo usa la palabra “salvo” para
describir lo que Jesús prometió cuando dijo que todos
en los sepulcros oirían su voz y saldrían.
La gran verdad que todos deben aprender y
aceptar a fin de obtener la vida eterna es que Jesucristo
por la gracia de Dios probó la muerte “por todos.” (Heb.
2:9) Pablo habla de esto como un “rescate por todos,” y
es esta gran verdad que será declarada o revelada “a su
debido tiempo.” La expresión “debido tiempo” es muy
significativa. Indica que el plan amoroso de Dios para
la redención y la salvación de la raza humana progresa
según un plan ordenado y preparado de antemano en el
cual hay un “debido tiempo” para cada rasgo de sus
El Día del Juicio 15
diseños amorosos. La edad presente, y la vida actual,
son el “debido tiempo” para que algunos comprendan la
verdad y así crean y obedezcan. Durante el Milenio, y
después de que el mundo no iluminado haya sido
despertado de la muerte, será el debido tiempo en el
cual se les dará “testimonio” del Evangelio de una
manera comprensible. En ese entonces, será su debido
tiempo para obedecer y vivir.
“Y Los Libros Fueron Abiertos”
Apocalipsis 20:12-15 es uno de los pasajes muy
interesantes de la Biblia que se relaciona con el futuro
día de juicio del mundo. En esta profecía simbólica la
futura iluminación de las naciones es ilustrada por la
imagen de la apertura de libros. Esta maravillosa
descripción del día del Juicio se lee así:
“Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie
ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue
abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados
los muertos por las cosas que estaban escritas en los
libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos
que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los
muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno
según sus obras. Y la muerte y el Hades fueron
lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y
el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue
lanzado al lago de fuego.”
Durante el reinado milenario de Cristo, cuando los
muertos serán despertados, estarán “de pie ante Dios”
en el sentido que, mediante la obra redentora de Cristo,
la condenación original ya no los perjudicará, y cada
El Día del Juicio 16
uno tendrá una oportunidad de creer, obedecer, y vivir.
Pero esta oportunidad requiere una manifestación
adicional de la gracia divina. Los “libros” deben ser
abiertos.
Esta es una manera ilustrativa de decirnos que él
juzgará a las naciones “con su verdad.” (Sal. 96:13) Los
“libros” contienen la verdad, y deben ser abiertos, ya
que mientras permanecen cerrados, la verdad es
ocultada y la gente no la “comprende.”
Por supuesto, somos conscientes acerca del punto
de vista sostenido por algunos de que los “libros” a los
cuales se hace referencia en este pasaje contienen los
archivos de las vidas pasadas de todos aquellos que han
muerto, y que estos libros son abiertos en el día del
Juicio para descubrir quién es digno y quién es indigno
de la vida eterna. Sin embargo, debe notarse que la
profecía menciona las “obras” de aquellos que son
juzgados como algo distinto de los “libros”, ya que se
dice que el juicio está en conformidad con las cosas
escritas en los libros, “según sus obras.” El punto clave
es que el juicio está basado sobre el grado al cual sus
obras concuerden con la verdad contenida en los libros.
Al fin y al cabo, el Señor no tendría que examinar
el registro de las obras de cualquier pecador para
determinar su mérito o falta de mérito para la vida;
como dicen las Escrituras, él sabe que “No hay justo, ni
aun uno.” (Rom. 3:10) Inclusive los seguidores que
siguen los pasos de Jesús serían indignos de la vida si
fueran juzgados por sus propias obras imperfectas.
El Día del Juicio 17
El Señor sabe que nadie es digno de la vida por su
propia justicia. Pero, el amor divino proporcionó una
vía de escape de la condenación mediante la fe en
Cristo, en su “palabra”, y en la maravillosa provisión de
su sangre. No obstante, no puede haber ninguna fe
genuina hasta que haya conocimiento sobre el cual se
puede basar la fe. Por lo tanto, durante el día del Juicio
de mil años aquel conocimiento es proporcionado a la
gente y los “libros” son abiertos.
Dios es su propio intérprete, y en Isaías 29:11-18
habla de nuevo de estos “libros” simbólicos, y lo que
implica la apertura de ellos. En este pasaje nos habla de
un “libro sellado,” que se da a alguien que sabe leer y
luego a alguien que no sabe leer. Nadie es capaz de
“leer” o de entender el sentido de su contenido.
Finalmente, se abre el libro: “En aquel tiempo los
sordos oirán las palabras del libro, y los ojos de los
ciegos verán en medio de la oscuridad y de las
tinieblas.” El período llamado “aquel tiempo” es
demostrado claramente por el contexto que se refiere al
tiempo del reino de Cristo. Y de aquel día se hace la
promesa, “Entonces los humildes crecerán en alegría en
Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán
en el Santo de Israel.” ¾vs. 19
“Según Sus Obras”
En la profecía del día del Juicio de Apocalipsis
20:12-15, los muertos que están “de pie ante Dios” son
aquellos que el Señor considera malos. Ellos son los
que Jesús estaba describiendo cuando prometió que los
que “practicaron lo malo, [saldrían] a resurrección de
El Día del Juicio 18
juicio.” (Juan 5:29, La Biblia de las Américas) Por lo
tanto, las obras a las cuales se hace referencia aquí
deben ser sus obras en el Reino, después que aprendan,
oigan, y respondan al mensaje de los libros abiertos.
La profecía dice que se abre “otro libro” también.
Se describe como el “libro de la vida.” Los muertos que
están de pie ante Dios, y son juzgados sobre la base de
su obediencia a las cosas escritas en los libros,
anteriormente tenían sus nombres escritos, por decirlo
así, en un libro de la muerte, ya que todos estuvieron en
el “libro” de Adán. Pablo expresa el pensamiento de
una manera un poco diferente, diciendo, “Porque así
como en Adán todos mueren”; pero añade, “también en
Cristo todos serán vivificados.” ¾1 Cor. 15:22
Así que el libro de la vida de Cristo será abierto en
aquel entonces para la humanidad, y a medida que cada
individuo de la raza condenada acepte y obedezca la
verdad después de haber sido despertado e iluminado al
respecto, su nombre será registrado en aquel libro. La
apertura de este libro de la vida no es para descubrir los
nombres que están allí, sino para registrar los nombres
de aquellos que, “según sus obras,” demuestran su amor
por la verdad a través de la cual la gente será juzgada
entonces. ¾Sal. 96:13
El Lago De Fuego
El versículo 13 dice que la muerte y el infierno
entregarán entonces sus muertos. Por eso, los muertos
tendrán una oportunidad de estar de pie ante Dios. El
infierno, o el hades, como aparece en el texto griego, es
la condición de la muerte, no un lugar de tormento.
El Día del Juicio 19
Después de la entrega de los muertos del infierno, tanto
la muerte como el infierno serán lanzados en “el lago de
fuego,” el cual se describe como “la segunda muerte.”
No se llama la segunda muerte porque todo lo que se
destruye en el lago de fuego muere por la segunda vez,
sino porque será la segunda vez que será impuesta la
penalidad de la muerte.
En el lago de fuego, que es la segunda muerte,
hasta la muerte en sí morirá. Incluida en aquella
limpieza final de la tierra será la destrucción de todos
cuyos nombres no están escritos finalmente en el libro
de vida. Éstos serán lanzados en el lago de fuego, la
segunda muerte, no para ser atormentados, sino para ser
destruidos.
Aquel día glorioso cuando el Señor juzga a las
naciones con su verdad será un tiempo de favor para
ellas. “Luego que hay juicios tuyos en la tierra, los
moradores del mundo aprenden justicia.” (Isa. 26:9)
Pero aun entonces habrá los decididamente inicuos que
rehusarán obedecer la verdad. Respecto a éstos el
siguiente versículo declara, “Se mostrará piedad al
malvado, y no aprenderá justicia; en tierra de rectitud
hará iniquidad, y no mirará a la majestad de Jehová.”
¾Isa. 26:10
La expresión la “tierra de rectitud” describe las
condiciones que existirán en la tierra durante el reinado
de Cristo. Pedro se refiere al mismo tiempo, diciendo,
“nosotros esperamos, según sus promesas, cielos
nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.” (2
Ped. 3:13) Pedro se refiere a esta nueva era de la
El Día del Juicio 20
experiencia humana como “el día del juicio y de la
perdición de los hombres impíos.” (2 Ped. 3:7) Esto
significará la perdición para tales personas, ya que serán
“desarraigadas del pueblo.” ¾Hechos 3:23
Pero, como demuestra Pedro, sólo aquellos que
rehúsan oír y obedecer la verdad cuando se presenta en
aquel entonces serán revelados como impíos y serán
destruidos. Bajo las influencias iluminadoras de la
verdad se revelará su disposición voluntariosa.
Las Ovejas Y Las Cabras
Otra lección en el día del Juicio venidero es la
Parábola de Jesús de las Ovejas y las Cabras. (Mateo
25:31-46) El tiempo cuando se aplica la parábola es
identificado por el versículo de apertura. “Cuando el
Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos
ángeles con él, entonces se sentará en su trono de
gloria.” Jesús se sienta en el trono de su gloria durante
los mil años de su reinado. En el texto griego, los
“ángeles” que aparecen con Cristo en la gloria son
“mensajeros”. La referencia es a su iglesia, aquellos que
creen durante esta edad y, demostrándose fieles hasta la
muerte, serán glorificados con él como reyes y jueces
asociados.
Delante de este trono de su gloria se reunirán
todas las naciones, dice la parábola, y serán divididas
como se dividen las ovejas de las cabras. No es una
división entre la iglesia y el mundo, ya que la iglesia
está con su Señor en el trono. Mejor dicho, la división
ocurre entre aquellos del mundo que no fueron
iluminados previamente y que murieron como
El Día del Juicio 21
incrédulos. Ellos son “los muertos, grandes y pequeños”
que están “de pie ante Dios” cuando los “libros” son
abiertos. Algunas personas creerán entonces y
obedecerán; otras no lo harán, de ahí la división entre
las dos clases.
Todas las nacionalidades participarán en aquella
futura escena del día del Juicio. En otra ocasión, Jesús
dijo que sería “más tolerable el castigo para la tierra de
Sodoma y de Gomorra” en el día del Juicio que para
aquellos que le rechazaron y le persiguieron. (Mat.
10:15) Esto significa que la gente de aquellas inicuas
ciudades del pasado remoto será despertada de la
muerte y se le dará la oportunidad de arrepentirse, creer,
y vivir.
Será más tolerable para aquellas inicuas ciudades
que para los israelitas que rechazaron a Jesús, porque
ellas no pecaron contra tanta luz. Pero, ¡será tolerable
para todos! Todos deben ser despertados e iluminados,
y al ser obedientes a la luz, es decir, a la verdad, serán
juzgados dignos de vivir para siempre.
En la parábola, la clase de las ovejas es
recompensada debido a su espíritu de amabilidad y
cooperación. A sus propios discípulos Jesús dijo, “Un
mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros;
como yo os he amado, que también os améis unos a
otros.” (Juan 13:34) Cuando los libros de verdad, las
palabras de Jesús por las cuales las personas serán
juzgadas en aquel tiempo, son abiertos, se descubrirá
que lo esencial de todas las exigencias divinas de
aquellos juzgados dignos de la vida será el aprecio y la
El Día del Juicio 22
práctica del amor divino, aquel gran principio de
altruismo que induce a uno de estar más interesado en
su prójimo que en sí mismo.
Esta calidad se encontrará en la clase de las ovejas.
A causa de esto, oyen las palabras agradables de Jesús,
“Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino
preparado para vosotros desde la fundación del
mundo.” (Mat. 25:34) Este es el reino de la tierra, dado
al principio a nuestros primeros padres, el cual ellos
perdieron cuando desobedecieron a Dios y fueron
echados del Jardín de Edén para morir. En la conclusión
del día del Juicio de mil años, este reino será restaurado
a todos aquellos que califican entonces. Es esta
restauración que Pedro describe como la “restauración.”
¾Hechos 3:19-23
Las “cabras” de la parábola son aquellos de
Apocalipsis 20:15 cuyos nombres no se encuentran en
el libro de la vida. Son los inicuos de Isaías 26:10, y
aquellos de Hechos 3:23, quienes, rehusando oír al gran
Maestro de aquel tiempo, “serán desarraigados de entre
el pueblo.”
La clase de las cabras, según Jesús, “irán . . . al
castigo eterno,” mientras que las ovejas reciben la vida
eterna. (Mat. 25:46) La palabra “castigo” en este texto
proviene de una palabra griega que significa “cortar.”
En otras palabras, las “cabras” serán “cortadas” de la
vida, es decir, destruidas. En el versículo 41 esto es
simbolizado por el fuego ¾ el fuego siendo una de las
agencias más destructivas conocidas por el hombre ¾
“preparado para el Diablo y sus ángeles.”
El Día del Juicio 23
Sí, gracias a Dios, hasta el Diablo y los ángeles
impíos que están con él también serán destruidos en
aquel lago simbólico de fuego que el Revelador
describe como “la segunda muerte.” Mientras tanto,
cada hijo de Adán habrá tenido una oportunidad
completa de aceptar la gracia de Dios proporcionada
por la obra redentora de Cristo. Nadie perderá la vida, o
dejará de obtener la salvación, excepto aquellos que, a
pesar de la iluminación plena, rehúsan creer y obedecer
la verdad.
Este punto de vista más amplio de la gran
extensión de la gracia y del amor de Dios debe inspirar
en nosotros un mayor deseo de servirle y complacerle,
ya que tenemos una oportunidad maravillosa de
cooperar en el plan divino de la salvación para la raza
perdida. Recibir el don de vida mediante Cristo es una
maravillosa manifestación de la gracia de Dios. Pero,
más allá de esto, mediante Cristo tenemos el gran honor
de participar con Dios y con su amado Hijo en la obra
de reconciliar al mundo perdido.
En vista de las bendiciones maravillosas que aún
esperan a la raza humana, bendiciones que vendrán a
los pueblos durante el día del Juicio de mil años, no es
sorprendente que el salmista pidió que toda la creación
elogiara al Señor porque “viene para juzgar la tierra.”
Pues, “juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos
con su verdad.” ¾Sal. 96:13
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